Casualidades de la vida.
De vacaciones por una conocida
población española, mi marido y yo estuvimos dando vueltas buscando un buen
sitio donde comer. Claro que tendría que explicar que es para mí un buen sitio
donde comer porque ese concepto genérico debe ser diferente para cada uno de
nosotros pero lo dejo para otra ocasión. Digamos de entrada que el concepto
menú económico encaja con ello.
A nosotros nos encanta la comida, nos chifla. Una de las
razones para ir, volver o no regresar nunca jamás a un sitio es precisamente
esa, su comida, esa expresión cultural cotidiana que por habitual quizás no le
damos la importancia que tiene.
Pues bien, como he dicho nos encanta la comida pero la diosa
fortuna no ha sido generosa en exceso con nosotros (como con el 99% de la
población) y procuramos comer lo mejor que podemos por el menor precio posible,
y esto no siempre es fácil. Y en esas estábamos en una zona turística del Norte.
Evidentemente, nos pasamos una hora mirando, comparando,
revisando menús y al final nos decidimos por uno. Entramos y estaba bastante
lleno pero la espera no fue mucha, no más allá de diez minutos. Una amable
señora que nos atendió a la entrada fue la misma que nos acompañó hasta la
mesa. Otro amable camarero nos trajo la carta y al no ver el menú se lo
solicitamos….. bien, hasta aquí la amabilidad.
Ya no vimos ni una sola cara amable hasta que nos marchamos,
el camarero nos lanzó la carta (que gran atleta de disco se ha perdido),
tardaron mucho en servir cuando mesas “de carta” eran servidas de forma mucho
más diligente. La comida estaba correcta pero no mataba, el vino escaso por lo
que tuvimos que pedir más llegando una buena estocada (vino de la casa mediocre
pero pagado a precio de Martín Codax) pero sobre todo la sensación de estar
incómodo y de que has pasado de ser un cliente a un estorbo. Me pregunto: Si no
les gusta que le pidan menú, ¿por qué diablos lo ofrecen?
En ese momento hice
de Escarlata O’Hara y me prometí a mi misma hacer todo lo posible para
encontrar los mejores menús y darlos a conocer. Que nadie más vuelva a perder
el tiempo buscando menús ni que nadie se lleve a sorpresas. Y en esas estoy y
hoy empiezo mi narración en este blog.
Hola.
Soy Raquel y espero que os guste mi búsqueda.
Enhorabuena por el blog. Un abrazo muy fuerte
ResponderEliminar